¿SABIAS QUE HAY DIFERENCIAS ENTRE TU CEREBRO Y EL DE TU HIJO ADOLESCENTE?
La ciencia médica ha realizado un sin número de investigaciones en torno al desarrollo neurobiológico del niño y del adulto, a fin de comprender el funcionamiento de ambos y dar respuesta a muchas de las problemáticas que estos grupos confrontan. Sin embargo, no fue hasta aproximadamente siete años cuando se empezaron a realizar estudios formales, para conocer sobre el desarrollo y funcionamiento del cerebro adolescente.
Este grupo de edad tiene la particularidad de poseer algunas de las características del cerebro del niño, y otras del cerebro adulto. Por ejemplo, el cerebro adolescente tiene la plasticidad que le permite a sus conexiones nerviosas, formarse, deshacerse y volver a formar otras nuevas, capacidad que le permite a los niños aprender con tanta facilidad.
Por otro lado, también se empiezan a vislumbrar las habilidades, en mucha menor escala que en el adulto, para tomar decisiones, analizar, sacar conclusiones, desarrollar actividades más especializadas, todas las cuales están bien desarrolladas en el cerebro adulto.
Además de lo anterior, también hemos aprendido que las áreas más desarrolladas del cerebro adolescente, son el área motora (parte baja del cerebro) y el cerebro medio (encargado del control de las emociones); siendo la menos desarrollada, la frontal, responsable de la toma de decisiones, planeación y creación de estrategias para el logro de objetivos.
Si todo lo anterior es cierto, entonces, podría ser que esperamos mucho de nuestros hijos durante éstas edades. No debería sorprendernos que sean tan rápidos para adquirir nuevos conocimientos, pero a la vez no aprender de sus errores. Tengan tantas capacidades, pero a la vez sean incapaces de tomar decisiones acertadas. Estén felices en un momento, y en el otro, totalmente deprimidos o frustrados.
He aprendido que en la medida en que aprendamos a conocer más sobre nuestros hijos, sus particularidades y necesidades típicas de su edad, contaremos como padres con mejores herramientas para ayudarlos a madurar, manteniendo la paz y armonía que tanto cuesta mantener durante esta etapa de la vida, en nuestros hogares.
Flora Griffith
Psicóloga Consejera
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