TERAPIA CONDUCTUAL PARA EL TDAH: Promoviendo la disciplina y enfocándose en los niños.
Investigaciones confirman los
beneficios de la modificación conductual.
He aquí cómo los padres de familia pueden hacer la diferencia en la
conducta de DA – empezando desde ahora!
Por Nicole Spinkle
Traducción: Flora Griffith
Si su niño ha sido diagnosticado con el trastorno de déficit atencional
con o sin hiperactividad (TDAH), lo más probable es que su médico le haya
prescrito fármacos, o comentado sobre esa posibilidad. También debe haber aprendido
que la terapia conductual, comúnmente llamada programa de modificación conductual, puede ser beneficiosa.
Mientras usted decide sobre cual deba ser el mejor tratamiento para su hijo/a,
tenga presente que estas dos terapias no son mutuamente excluyentes. De hecho, usualmente funcionan mejor cuando
se presentan juntas, a fin de resolver los problemas conductuales del TDAH.
Esto esta claramente
demostrado por el destacado Estudio de Tratamiento Multimodal para
niños con TDAH elaborado por el Instituto de Salud Mental (NIMH). NIMH encontró que la terapia farmacológica por
sí sola, y esta última aunada a la terapia conductual al presentarse juntas,
dan como resultado una gran mejora en la sintomatología del TDAH. Adicionalmente, la combinación de tratamientos funciona con más
efectividad en el mejoramiento de las conductas oposicionistas asociadas al TDAH, al igual que en otras áreas de funcionamiento,
tales como la interacción con los padres de familia y la escuela.
Inclusive si usted opta únicamente
por la terapia conductual – si ha
elegido un tipo de intervención no-
medica, su hijo es muy joven para ser medicado, o sufre de efectos secundarios
por el uso de los fármacos – su hijo/a puede aprender habilidades conductuales,
sociales, y académicas que le serán de gran utilidad para el manejo del TDAH a
lo largo de su vida. La mayoría de los
niños no son diagnosticados sino hasta que ingresan a la escuela, así que si
usted sospecha que su hijo/a padece de TDAH antes de esa edad, es casi siempre útil (y jamás dañino)
tratarlo conductualmente como si tuviese la condición.
TODO TIENE QUE VER CON ENFOCARSE EN LA PRIORIDAD
¿Qué es la terapia conductual, y
cómo puede un padre de familia usarla por si sola o como uno de los componentes
de un tratamiento combinado? Mientras
que la medicación ejerce su función a nivel neurológico a fin de regular el
cerebro (los niños con TDAH usualmente tienen
niveles irregulares de ondas cerebrales), la terapia conductual atiende directamente
conductas problemáticas específicas, estructurando el tiempo en casa,
estableciendo previsibilidad y rutinas, e incrementando la atención sostenida.
Esto podría parecer algo difícil,
especialmente para un padre de familia a quien a su hijo hay que recordarle
cada cinco minutos que se enfoque en su tarea. Cuando el TDAH está presente, el
lograr las conductas más básicas, en el día a día, puede representar un gran
reto. Es la razón por la cual Sharon K. Weiss, autora de “Del caos a la calma: Paternidad
efectiva para desafiar a los niños con TDAH y otros problemas de conducta”,
recomienda que los padres delimiten su
enfoque. El tratar con varias conductas a la vez únicamente frustrara al
niño que tiene problemas para simplemente recordar ponerse ambos zapatos en las
mañanas.
Para determinar en qué trabajar primero, Weiss
sugiere que uno se haga la siguiente pregunta: ¿Qué necesita ser capaz de hacer
mi hijo/o a fin de lograr participar exitosamente en la vida? Cuando usted aplique este sencillo ejercicio, algunas cosas surgirán
como más esenciales que otras. “A la escuela no le interesa si la cama del niño
está o no arreglada, pero si le interesa si se aparece a clases medio desnudo”,
dice Weiss. Mientras que muchos
terapistas y educadores hablan acerca de crear un “programa conductual”, ella
afirma que esto no debe ser intimidante.
El plan simplemente debe incluir tres componentes básicos: enfocarse en
aspectos esenciales, documentar, y el compromiso de observar y recompensar
los logros o mejorías cuando ocurran.
Si usted identifica el llegar a
la escuela a tiempo como una prioridad, ya tiene una meta única sobre la cual
trabajar y fácilmente medible - dar
seguimiento al progreso de esa conducta es
parte importante de la terapia conductual. Si sus metas son varias (irse a dormir a
cierta hora, estar vestido de forma impecable a las 8:00am, hacer las tareas inmediatamente
después de la escuela, y recordar botar la basura), usted probablemente no tendrá
la oportunidad de notar y llevar un registro de los logros de su hijo/a. “No le
puede decir que necesita estar abajo a una hora especifica cada mañana y luego,
cuando logra hacerlo, preguntarle por
qué olvidó peinarse,” dice Weiss. Cuando los logros no son vistos y estimulados, un niño con TDAH experimenta un
elevado nivel de frustración y baja autoestima. Él o ella probablemente no
lograra ninguna de las cosas que se le pidieron, por no decir todas.
VOLVIÉNDOSE REALISTA
Una vez que ha elegido las
conductas sobre las cuales trabajar (por decir, irse a dormir a cierta hora o no
interrumpir a otros mientras conversan), usted debe entonces ser claro - y realista - en torno a sus expectativas y
qué es lo que va a buscar. En primer
lugar, pregúntese si su hijo/a tiene las habilidades para lograr lo que le está
pidiendo. Por ejemplo, si usualmente
necesita que se le diga 10 veces al día que no exprese todo lo que tiene en su
mente mientras otros hablan, esperando que se “amarre la lengua” sin que se le
recuerde, es probablemente poco sabio. En lugar de ello, póngase como meta el recordarle
varias veces al día. O elija un cierto
periodo del día para evaluar cómo lo está haciendo (en la mañana, por
ejemplo), luego sea un poco menos estricto
en caso tal no este desempeñándose al nivel que usted esperaba en algunas
oportunidades.
A diferencia de las intervenciones basadas en fármacos, la terapia conductual presentará
un patrón de altas y bajas. Sólo porque se vistió sin ayuda y fue capaz de bajar a desayunar a tiempo y estar fuera de
casa para ir a la escuela a las 8:00 am hoy, no implica que su hijo/a lo vuelva
a hacer mañana. Lo que importa es: que si antes de la terapia conductual él o
ella lo estaba logrando solo dos de cinco veces a la semana, ahora lo está
haciendo tres. No lo hostigue las otras
dos veces en que no lo logro.
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